Futuro Compuesto
Familias fuertes, ciudad segura… o al menos eso dicen
El alcalde de San Luis Potosí, Enrique Galindo Ceballos, ha encontrado la fórmula mágica para la seguridad: fortalecer a las familias. Bajo esta premisa, el Ayuntamiento ha elaborado un “Diagnóstico de la Dinámica Familiar” que, con sorprendente precisión, ha identificado hasta 12 tipos de familias distintas en la capital potosina, desde las tradicionales hasta las monoparentales y extendidas. Con esta radiografía en mano, el gobierno municipal ha desplegado estrategias que van desde bodas comunitarias hasta programas de prevención de adicciones y apoyo en salud mental para adolescentes. El edil asegura que la ansiedad y la depresión son los verdaderos enemigos de la juventud, y por ello el DIF Municipal ha implementado “primeros auxilios” en salud mental, porque al parecer no bastan las patrullas para garantizar la seguridad. Cultura, deporte y bienestar social son ahora los nuevos aliados en la lucha contra la delincuencia, porque, según la lógica municipal, una ciudad con familias felices será una ciudad segura. Queda la duda de si estas acciones llegarán a quienes realmente las necesitan o si solo serán otro esfuerzo bienintencionado que se perderá en los anaqueles de la burocracia.
San Luis Potosí: primero el agua, después la vivienda… o al revés
El alcalde Enrique Galindo Ceballos no pierde oportunidad para presumir que San Luis Potosí ya “levantó la mano” para sumarse al Plan Nacional Hídrico, como si el acceso al agua fuera un gesto de buena voluntad y no una necesidad urgente. Según el edil, la capital está lista para invertir en este recurso vital, como lo ha hecho en los últimos dos años, aunque la ciudadanía sigue preguntándose en qué se ha traducido realmente esa inversión. Paralelamente, Galindo presume que su administración ha sido pionera en incentivos fiscales para la vivienda popular, con descuentos de hasta el 95% para desarrolladores, lo que sin duda suena generoso, aunque algunos podrían preguntarse si este altruismo fiscal no terminará beneficiando más a las constructoras que a los ciudadanos. Mientras tanto, la promesa de contribuir a la meta federal de un millón de viviendas se escucha ambiciosa, pero en San Luis la prioridad parece alternarse entre ladrillos y agua, con la esperanza de que no nos falte ni lo uno ni lo otro en el camino.