UASLP Desarrollará el Primer Atlas Dinámico de Riesgos en Coordinación con el Gobierno Municipal
La Universidad Autónoma de San Luis Potosí, a través del CIACyT y el Laboratorio Nacional de Variabilidad Climática, Teledetección y Evaluación de Riesgos (Variclim), colaborará con el Gobierno Municipal para crear el primer “Atlas dinámico de riesgos” de México. Este proyecto innovador se enmarca en el Programa Metropolitano de Evaluación y Gestión de Riesgos de Desastres, que aborda las amenazas hidrometeorológicas, geológicas y de cambio climático en San Luis Potosí.
El doctor José Antonio Ávalos Lozano, jefe de Variclim, destacó que la UASLP y el Ayuntamiento son pioneros en este esfuerzo, que incluirá el desarrollo de una aplicación móvil para informar a la ciudadanía sobre las amenazas potenciales. “Este sistema integral permitirá realizar análisis de riesgos específicos de forma automática, crucial para áreas donde falta personal capacitado”, explicó Ávalos Lozano.
Además, este proyecto se alinea con la Norma Oficial Mexicana 06, recientemente implementada por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano y financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Esta normativa obliga a la Federación, Estados y Municipios a planificar y ordenar el territorio en zonas de riesgo crítico.
“Es esencial que la capital y otros municipios del estado empiecen a trabajar en detectar y mitigar riesgos, especialmente en zonas de rápido crecimiento urbano”, agregó el científico. El propósito es prevenir la pérdida de vidas humanas planificando adecuadamente el crecimiento futuro de la ciudad.
El equipo de Variclim, en colaboración con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la dirección de Protección Civil Municipal, el Instituto Municipal de Planeación y el Interapas, ya se encuentra trabajando en la aplicación, que ayudará a identificar y comunicar riesgos críticos en tiempo real, asegurando que la población esté informada y preparada para futuros eventos.
Este atlas dinámico de riesgos representa un avance significativo en la gestión de desastres en México y establece un modelo para otras ciudades del país que buscan mejorar su resiliencia frente a fenómenos naturales y antropogénicos.