| #Opinión | La Reluciente Ilusión de la Exclusividad: Aguascalientes y el Premio Escoba de Platino

Aguascalientes celebra con bombo y platillo el reciente galardón internacional Escoba de Platino, otorgado por la Asociación Técnica para la Gestión de Residuos y Medio Ambiente (ATEGRUS) en Madrid, España. Este premio, recibido por novena ocasión y la séptima en la máxima categoría, es presentado como un logro destacado que subraya la excelencia en el sistema de limpieza y gestión de residuos sólidos urbanos del municipio. Sin embargo, una revisión más crítica revela una realidad menos exclusiva y más compartida.

El presidente municipal, Leo Montañez, destaca la importancia de este reconocimiento como una reafirmación de Aguascalientes como una de las ciudades más limpias a nivel global. Pero hay que mencionar que este mismo premio fue otorgado recientemente a otras dos ciudades del Bajío: San Luis Potosí y Querétaro. Cada una de estas ciudades también presume el premio como un logro único, levantando la pregunta: ¿qué tan exclusivo es realmente este galardón?

La Mención Honorífica otorgada a Aguascalientes por su programa de Servicio Comunitario, en el que las personas que cometen faltas administrativas compensan sus sanciones con horas de limpieza y mantenimiento de espacios públicos, es un enfoque innovador y positivo. Sin embargo, la existencia de programas similares en otras ciudades galardonadas indica que tales innovaciones no son tan singulares como se pretende.

Carlos España Martínez, secretario de Servicios Públicos, reafirma el compromiso del municipio con la promoción de una conciencia social y ambiental. Si bien estas políticas son beneficiosas y dignas de reconocimiento, la insistencia en presentar el premio como una distinción única puede ser engañosa para los ciudadanos. La repetición de este premio en múltiples ciudades de la región sugiere que, aunque valioso, no es el distintivo exclusivo que se quiere hacer creer.

En última instancia, aunque Aguascalientes merece reconocimiento por sus esfuerzos en limpieza urbana y gestión de residuos, la narrativa de exclusividad alrededor del premio Escoba de Platino es cuestionable. Celebrar estos logros es importante, pero hacerlo bajo una premisa de unicidad cuando otras ciudades comparten el mismo honor puede diluir el verdadero valor de tales reconocimientos. La verdadera medida del éxito debería centrarse en los resultados tangibles y sostenibles de las políticas implementadas, más que en la acumulación de galardones compartidos.