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Promueven talleres sobre origen delos nacimientos
Talleres sobre la tradición de los nacimientos y de encuadernación artesanal, en actividades sabatinas del MNCM
En el taller “Origen de los nacimientos navideños”, del sábado 10 de diciembre, organizado por el departamento de Comunicación Educativa del Museo Nacional de las Culturas del Mundo, Matilde Ortiz Nicolás explicó la historia de la tradición judeocristiana del nacimiento de Jesús, los llamados “nacimientos”, los cuales presentan las condiciones en que Dios llegó al mundo.
La actividad comenzó con un recorrido por la exposición temporal “Nacimiento, miradas en el tiempo”, donde se pueden apreciar 50 pasajes bíblicos, trabajo del artista mexicano Felipe Nieva. Ahí, Ortiz Nicolás expuso que Giovanni Bernardone (1182-1226), mejor conocido como San Francisco de Asís, ideó y nombró como “montajes vivientes” a la escena bíblica que emplearía para compartir el mensaje del evangelio católico, para ello disponía de personas y animales reales como forma didáctica de transmitir la doctrina.
Se cree que la primera vez que se montó la representación fue en 1223, en Greccio, Italia, durante el papado de Honorio III (1216 – 1227). Aunque en sus inicios los nacimientos sólo se colocaban en lugares religiosos o especiales, la favorable respuesta de los feligreses y a partir de la época del papa Nicolás IV (1288 – 1292), motivó a incorporarlos a más espacios y extenderse eventualmente a regiones de Europa como Francia, Alemania, Reino Unido y España, y así, tras la colonización se introdujo a gran parte de América Latina.
De acuerdo a la idea original, los elementos principales conservan un significado distintivo. La sagrada familia: José, padre terrenal de Jesús, representa la obediencia, sencillez y humildad; María simboliza la fidelidad, amor y bondad, y Jesús es la guía espiritual de los hombres. Los animales del pesebre: burro, acompañó en todo su recorrido a María, es el animal más humilde; buey, cubrió del frío al recién nacido con su aliento; las ovejas como símbolo de obediencia y docilidad y confianza. Los reyes y sus ofrendas, los obsequios figuran la naturaleza del salvador, parte deidad y humano, el sufrimiento que pasó y la muerte; el ángel Gabriel representa el anuncio de buenas noticias, amor, misericordia; la estrella de Belén, guía del camino, renovación, luz disipadora de tinieblas y esperanza.
Asimismo, se dispone de una serie de procedimientos para poner los nacimientos. Desde la religión católica, en algunos lugares se tiene la costumbre de arrullar al niño Jesús; hacer posadas para figurar el peregrinaje de María y José antes de llegar a Belén. Entonces, se coloca después del 25 de diciembre para mostrar la espera y llegada del bebé, aunque en otros países, es común que se coloque desde el 8 de diciembre.
Las representaciones han integrado diferentes objetos acordes al lugar donde los colocan, por ejemplo, en México es común incluir nopales, guajolotes, tortugas, patos, ríos, montañas; oficios como panadería, carpintería, etc., y en otros, incluso, tienen el espacio del diablo. El material de su elaboración va desde resina, barro, madera, hoja de tamal, metal…
Para finalizar el taller, ya en la Sala de Educativa del MNCM, los asistentes realizaron un pequeño y colorido nacimiento con diferentes materiales, que ilustró la escena principal del nacimiento de Jesús.
Más tarde, Julio Millán y Angélica Camargo, de la Biblioteca Pedro Bosch Gimpera, del Museo, impartieron el taller “Encuadernación geométrica artesanal”, para explicar una forma sencilla de armar una libreta.
Millán inició con una breve exposición sobre la historia del MNCM, desde su origen en 1825 con el primer Presidente de México, Guadalupe Victoria; su antigua función como Casa de Moneda durante la Colonia, y su renovación bajo la dirección del Instituto Nacional de Antropología e Historia, del que sigue siendo parte.
Las herramientas básicas de encuadernación repartidas a cada interesado fueron: plegadera de hueso, regla metálica, cutter, tabla de corte, esquinero y pegamento. Los materiales fueron: 3 hojas de opalina color crema, 2 hojas de cartulina negra en tamaño carta, 1 listón, 2 cartoncillos delgados, y 2 cuadros de cartón grueso más pequeños, que serían las tapas del cuaderno.
Las hojas fueron dobladas en triángulos y cuadrados que después serían pegados de un extremo y entre sí para formar el interior de la libreta. Los cartoncillos delgados se pegaron al cartón grueso y se les cortaron las puntas con el esquinero. Luego, con ayuda de la plegadera, se dobló el sobrante para forrar las tapas; el listón se pegó de forma centrada en una de las tapas para cerrar el cuadernillo.
Al término, los talleristas obsequiaron la imagen impresa del aldabón emblema del MNCM, para pegarla como portada de la libreta a propósito de su aniversario 57. Destacaron este tipo de encuadernación como amigable porque permite integrar de forma fácil y accesible diversos materiales, además del papel, textiles, hilos y accesorios diversos, tanto como la imaginación lo permita.