Necesidad urgente de vacunas por estreptococo B
- La carga mundial de la infección por estreptococo del grupo B es mucho mayor de lo que se había reconocido hasta ahora, ya que está relacionada con más de medio millón de nacimientos prematuros al año, además de provocar casi 100 000 muertes de recién nacidos, al menos 46 000 muertes prenatales y una importante discapacidad a largo plazo.
- Aunque la bacteria es inofensiva para la mayoría de las mujeres embarazadas que la portan, puede ser extremadamente grave cuando pasa a los bebés durante el embarazo, el parto o las primeras semanas de vida de estos.
- Se necesitan urgentemente nuevas vacunas para reducir las muertes asociadas al estreptococo del grupo B y proteger la vida y la salud de los lactantes en todo el mundo.
Un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM) revela el alarmante impacto mundial del estreptococo del grupo B (EGB), una bacteria común que puede transmitirse de madre a hijo en el vientre materno, durante el parto o en las primeras semanas de vida del recién nacido y que provoca unas 150 000 muertes de bebés al año, más de medio millón de partos prematuros y una importante discapacidad a largo plazo.
En el informe se hace un llamamiento urgente para que se desarrollen vacunas maternas contra el EGB con el fin de reducir estas cifras, destacándose que dichas vacunas podrían ser muy costoeficaces y aportar importantes beneficios para la salud en todas las regiones del mundo.
El Dr. Phillipp Lambach, oficial médico del Departamento de Inmunización, Vacunas y Productos Biológicos de la OMS y autor del informe, dijo: «Esta nueva investigación muestra que el estreptococo del grupo B es una amenaza importante e infravalorada para la supervivencia y el bienestar de los recién nacidos y tiene efectos devastadores para muchas familias en todo el mundo. La OMS se une a sus asociados para pedir que se desarrolle urgentemente una vacuna materna contra el EGB, que tendría profundos beneficios en los países de todo el mundo.»
Por primera vez, esta nueva investigación cuantifica la importante contribución del EGB a los nacimientos prematuros, así como a las deficiencias neurológicas —como parálisis cerebral y pérdida de audición y visión— que pueden producirse tras las infecciones por el EGB.
Se están desarrollando varias vacunas candidatas contra el EGB, pero todavía no hay ninguna disponible a pesar de haber estado en fase de desarrollo durante varios decenios.
La Profesora Joy Lawn, Directora del Centro de Salud Reproductiva y de la Madre, el Adolescente y el Niño de la LSHTM, y colaboradora del informe, señaló: «La infección por estreptococo del grupo B supone un grave problema para todas las familias afectadas en todos los países. La vacunación materna podría salvar la vida de cientos de miles de bebés en los próximos años y, sin embargo, 30 años después de que se propusiera esta medida por primera vez, el mundo no ha suministrado una vacuna. Ahora es el momento de actuar para proteger a los ciudadanos más vulnerables del mundo con una vacuna contra la infección por el EGB.»
Una media del 15% de las embarazadas de todo el mundo —casi 20 millones al año— son portadoras de la bacteria del EGB en la vagina, normalmente sin síntomas. Puede transmitirse de la mujer embarazada al feto en el útero, o al recién nacido durante el parto.
Actualmente, la profilaxis antibiótica administrada a la mujer durante el parto es el principal medio para prevenir la enfermedad estreptocócica del grupo B en los recién nacidos, si se detecta la bacteria durante el embarazo. Sin embargo, incluso en las regiones con una alta cobertura de profilaxis, siguen existiendo importantes riesgos para la salud, ya que es poco probable que esta intervención evite la mayoría de las muertes prenatales y los partos prematuros asociados al EGB o la enfermedad estreptocócica del grupo B que se produce más tarde después del nacimiento.
Es importante destacar que la mayor carga de EGB se encuentra en los países de ingresos bajos y medios, donde el cribado y la administración intraparto de antibióticos son más difíciles de aplicar, por lo que se necesita una vacuna con la máxima urgencia. Las tasas más elevadas de infección materna por el EGB se dan en el África subsahariana (donde se registra alrededor de la mitad de la carga mundial) y en Asia oriental y sudoriental.
Fuente: OMS